lunes, 14 de noviembre de 2011

LA PROFECIA EN EL CULTO A DIOS

 Como hemos visto (en Efesios 4: 10 y en 1 Corintios 12) , en la obra del ministerio hay dones ministeriales o Ministerios y dones del Espíritu.  El ministerio es constituido por el Señor para perfeccionar a los santos, y los dones son las herramientas que capacitarán al ministro para que pueda cumplir su llamado.

¿Quien es un Profeta?
¿Son todos profetas los que profetizan?  Por supuesto que no.  El que muchos que hayan profetizado se crean profetas ha hecho que pastores honestos y cuidadosos de la sana doctrina y del orden se cierren a no recibir nada del Señor. Ya en Jeremías 14:14 el profeta señalaba que muchos profetizan de “imaginerías de su corazón”, y es esto lo que confunde y hace enojar al pueblo y endurecen sus corazones para no escuchar verdaderamente cuando habla Dios.  También Pablo exhortó a la iglesia de Tesalónica por el abuso de este don a no menospreciar la profecía. (1 Tesalonicenses 5:20) "no menospreciéis las profecías. 21 Antes bien, examinadlo todo cuidadosamente, retened lo bueno." Usted se preguntará ¿como reconocer cuando es Dios, cuando es el hombre, cuando esa persona es un ministro profeta, cuando es el don de profecía o por que pueden profetizar si no son profeta ni poseen el don de profecía? Bueno para esto debemos saber que hay cuatro niveles o cuatro maneras de cómo opera la profecía en la iglesia.

Nivel I. Espíritu de la Profecía:
Es la manifestación a través de cualquier creyente que actuando en fe profetiza en la congregación en momento de la adoración o en la oración, o estando en una atmósfera donde los dones están fluyendo por la inspiración divina.  Cualquier persona puede profetizar porque el espíritu de la profecía fluye en ese momento especial, donde la presencia de Dios puede tocar a cualquiera.  Y si esa persona tiene la fe, tal como señala Romanos 12:6, que cada cual profetice según la medida de su fe, puede comenzar a hablar algo que siente que Dios se lo está dando para que lo diga. El Espíritu mismo hace que esta persona profetice sin ser un profeta  (Efesios 4:11), ni siquiera tener el don de profecía de (1 Corintios 14:1-3). Esta manifestación es la unción que está en nosotros y que al calor de la presencia manifiesta de Dios, sube a nuestro corazón y hablamos. El peor error de este nivel de la profecía es pensar que ya tenemos el don o el ministerio, y entonces tratamos de hacerlo de nuevo, y como no funciona, hablo de lo que ya se o de las “imaginerías del corazón”, como dice Jeremías.  El consejo más sabio en este caso es preguntar al Señor en qué nivel de la profecía estoy operando, que haya confirmación de ello. En Apocalipsis 19:10 Juan se postra delante del ángel para adorarle, pero el ángel le aclara la doctrina: “…caí a sus pies para adorarle. Y me dijo: No hagas eso; yo soy consiervo tuyo y de tus hermanos que poseen el testimonio de Jesús; adora a Dios. Pues el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía"
Hombres en la Biblia que profetizaron bajo el Espíritu de la profecía:

·         Adán profetiza concerniente al futuro estado matrimonial. (Génesis 2: 20-25)
·         Noé fue pregonero de justicia. (2 Pedro.2:5; Hebreos 11:7; Judas 14-15)
·         Abraham fue visto como (Génesis 20:7)
·         Isaac y Jacob tuvieron sobre ellos el espíritu de la profecía cuando proclamaron las bendiciones sobres sus hijos, (Génesis 27:48-49; Hebreos 11:20-21; Salmos 105:9-15)
·         José profetiza el Éxodo de Israel (Génesis 50:24; Hebreos 11:22)
·         El espíritu de la profecía fue puesto sobre los setenta ancianos que estuvieron con Moisés en el desierto de Sinaí. ( Números 11:24-30)
·         Saúl también tuvo la experiencia de profetizar entre los profetas por él espíritu de la profecía como las tres compañías que había enviado antes que él, (1 Samuel 10:10, 19:20-24)
·         Siempre esta manifestación del espíritu de la profecía en la iglesia de hoy conforme a lo que nos dice (1 Corintios 14:3)

Nivel II. El Don de Profecía:
Es uno de los dones del Espíritu Santo mencionado en (1 Corintios 12:10; Romanos 12:6; Hechos 2:18). Es una operación del Espíritu dada a la iglesia nueva testamentaria que debe ser operado y ejercitado con reglas y medidas establecidas en las escrituras. Ej. (1 Corintios 14:1, 3:25-31; 1 Tesalonicenses 5:20-21). Es importante entender que la manifestación profética del Espíritu Santo se diferencia con el ministerio del profeta del AT, ya que en la gracia, de acuerdo a 1 Cor.14:3, el don de la profecía solo es para edificación, consolación y exhortación (en el griego, animar) a diferencia con el profeta del antiguo pacto, quien muchas veces habló para condenar.  El apóstol pide que la iglesia procure profetizar porque es muy necesario en la edificación de los discípulos: "Procurad alcanzar el amor; Pero también desead ardientemente los dones espirituales, sobre todo que profeticéis." (1 Corintios 14:1)  También es importante diferenciar el ministerio del profeta con el don de la profecía, que viene entre los dones del Espíritu Santo sobre los creyentes. El profeta está señalado como uno de los cuatro ministerios de la iglesia, junto al apóstol, al evangelista y al maestro.  El ministerio del profeta es ser profeta las 24 horas del día, como resultado de un llamado de Dios, pero el don de la profecía es una irrupción del Espíritu para edificar a la iglesia en un momento dado.  El profeta conoce la voluntad de Dios y sabe que, cuando y como decirlo.  La diferencia la observamos en Hechos 21:8-9, donde las cuatro hijas de Felipe el evangelista, profetizaban como ejemplo de este Don. Pero no hay prueba alguna que ellas hayan sido profetas, a diferencia del verso siguiente donde vemos al profeta Agabo funcionando en su ministerio (Hechos 21:10-11).  Obviamente, Agabo, por ser un profeta,también tenía el don de profecía.
·         El profeta Agabo hizo uso del Don de profecía para dar un mensaje al apóstol Pablo de parte del Señor. (Hechos 21:10-11)
·         Todos pueden profetizar pero no todos son profetas. (1 Corintios 12:2;14:31)
·         Es dado por fe (Romanos 12:6; Gálatas 3:5)
·         No está basado por madurez o mayordomía cristiana. (Hechos 10:45)
·         No está supeditado a la doctrina correcta o incorrecta, se recibe por gracia. (Hechos 19:1-6)
·         No puede ganarse por buenas obras o comprarse.(Hechos8:18-19; Romanos 9:16)
·         Este Don de profecía no puede guiar a ningún hijo de Dios. (Romanos 8:14)
      
Nivel III. Ministerio del Profeta:
El profeta es uno de los ministerios que constituye Jesús para la edificación de los santos, tal como lo señala Efesios 4:11, el cual es mencionado en segundo lugar, después del apóstol. La función del profeta es la de enderezar el rumbo de la iglesia, recordar las promesas del Señor y de los compromisos con él.  Y esto hará activando la impartición de dones y llamamiento al ministerio, confirmando llamados, trayendo revelación de la palabra, iluminando con los eventos que ha de vivir la iglesia y los sucesos que le compete al pueblo de Dios, predicando la palabra, preparando el camino para la venida del Señor, llevando al pueblo de Dios al arrepentimiento, edificando con la Palabra, consolando, animando, capacitando a la iglesia para la obra del ministerio (Hechos 13:1; 1Corintios 12:28; Efesios 2:20; 4:11).

Requisitos para ser profeta.-. 
      En 1 Co.12:28 nuevamente vemos al profeta como un ministerio después del apóstol.  En Hechos 13:1 vemos que en la iglesia, habiendo varios ministros, sólo habían maestros (pastores) y profetas.  Siendo un ministerio, tal como el maestro (pastor), debería cumplir con los mismos requisitos establecidos para el anciano contemplados en 1 Timoteo 3, de tal forma que pueda ser usado en todo lo que Dios desee. Debe ser un ministro con el carácter necesario para enfrentar de la mejor manera la edificación de la iglesia. Sin carácter expondría al pueblo de Dios, al tener ojos y boca y no tener el carácter suficiente para situaciones difíciles (Tito 1:5-13). Eran parte activas en el presbiterio, su consejo eran tomado en cuenta a la hora de las decisiones importantes referente a ministros como el enviar, imparticiones, imposición de manos según la dirección del Espíritu Santo. (Hechos 13:1-3, 15:2-4).
·         Esta en segundo lugar de importancia. (1 Corintios 12:28; Efesios 4:11)
·         Los profetas son uno de cuatro ministerios que el Señor Jesucristo constituye para la edificación de su iglesia, no olvidemos que Jesús vino como profeta. (Deuteronomio 18:18; Efesios 3:22-23).
·         Tienen el Espíritu de la profecía sobre ellos. (Apocalipsis 19:10).
      
¿Qué dones deberían funcionar en el profeta? (1 Corintios 14:3, 31, 12:8-10)
·         Obviamente el don de profecía
·         Palabra de sabiduría
·         Palabra de ciencia
·         Discernimiento de espíritus
·         Don de lengua
·         Interpretación de lenguas.  
Son llamados por Dios para: 
            1. Perfeccionar a los santos. 
            2. Para traer a los santos a la obra del ministerio. (Efesios 4:12) 
            3. Para edificar el cuerpo de Cristo, madurar a los santos. (Efesios 4:9-16) 

Nivel IV. La Profecía Inspirada de las Escrituras:
Siendo que las escrituras son inspiradas, la profecía escrita es la más alta inspiración de la revelación inefable de la voluntad de Dios. Este nivel profético es el grado más alto; los tres niveles proféticos anteriores tienen un margen de error y pueden fallar porque son hombres, pero en este cuarto nivel de la profecía escrita,  Dios es infalible. La expresión "palabra profética más segura" en (2 Pedro 1:19-20) es usada para referirse a los libros proféticos del Antiguo Testamento. Siendo que las escrituras son inspiradas por Dios, las Profecías en ellas son inspiradas e infalibles revelación. (2 Tito 3:15-16). Entonces debemos entender claramente que este nivel profético es el más santo y por ello requiere la más cuidadosa y responsable interpretación sistemática. Este tipo de profecía no es dado más hoy con el fin de escribir revelaciones personales e incluirlo en los cánones bíblicos. Ya están escritos los sesenta y seis libros (66) de la Biblia completa. Nada debe ser añadido a la palabra de Dios (Apocalipsis 22:18-19; Hechos 4:12).