jueves, 27 de abril de 2017

HAY QUE DESARMAR LO ARMADO...



Después de dar tantas vueltas y caminar durante años en el desierto, al final el pueblo de Israel tiene una especie de rendición y decide entrar a la tierra prometida confiando ciegamente en que la mano del Señor es todo lo que necesitan para habitar una tierra en plenitud.  Al parecer muchos en el Nuevo pacto tenemos que hacer el mismo recorrido para aprender las mismas cosas- ¡qué complicados somos los seres humanos!- y llegar a la misma conclusión: que no podemos prescindir de la presencia de nuestro Señor para lograr la tan anhelada plenitud.  Claro que para entender esto el pueblo de Israel también necesitó comprender que el campamento debería ser levantado, "desarmado", cuántas veces fuera necesario porque la meta era no quedarse en un bonito lugar del camino ni echar raíces en algún paraje hermoso para vivir, sino llegar a la tierra prometida.  A la luz de esto hasta suena un poco ridículo el recordar nuestras "estrategias evangelísticas" y nuestra constante lucha contra el tedioso formato evangélico.  En nuestra congregación usamos las artes, la música y el teatro para "reforzar" la enseñanza y la formación de discípulos, llegando a la penosa conclusión que todas esas vueltas por el desierto fueron simplemente vueltas por el desierto.  Las bandas rockeras para ganar ese segmento de la población y sus famosas "tokatas", las vestimentas y el adorno acorde a la misión, al final no significaron gran cosa.  El despliegue escénico en cada obra de teatro al parecer no dio mucho fruto ni en la madurez de los participantes ni en ganar más adeptos para Cristo. No voy a negar que todas esas añadiduras sirvieron para hacernos una bonita congregación, más de vanguardia, pero de poco peso a la hora de los balances.  Y aquí estamos parados, frente a la tierra prometida, igual que Josué, escuchando la invitación del Señor a tomar la plenitud que nos pertenece,
condicionados a que no prescindamos de su servicio ni miremos a ningún otro lado (pensando quizás en echar mano a los tan ofrecidos recursos para esto y lo otro) que no sea su maravillosa sencillez.
Les abraza el pastor Rubén Rodríguez desde Chile.

jueves, 14 de abril de 2016

ALELUYA


martes, 23 de febrero de 2016

viernes, 8 de enero de 2016

AÚN PRESOS, KENIANOS ALABAN A JESÚS

Decenas de presos han sido transformados por el poder de Dios, en u lugar para muchos inesperado. Cientos de reclusos han encontrado a Jesús y sus vidas han sido cambiadas gracias a la labor de un ministerios que se ha dedicado a llevar el mensaje de salvación y paz en las cárceles de Kenia.
(TWR) Trans World Radio brinda apoyo en la prisión. Ofreciendo un nuevo comienzo y oportunidades para mejorar la vida de los presos con el mensaje de Dios.
Esta labor ha causado una revolución en el equipo de apoyo, que fueron testigos de como la vida de cada reo estaba apagada, vacía y llena de tristeza luego de recibir la condena y de ser rechazados por sus familias. Sin embargo en medio de la oscuridad y la soledad una luz trajo vida a sus rostros a través de este llamado del equipo de TWR y para ellos ha sido un sueño hecho realidad ver como los presos han prosperado en su búsqueda y adoracion a Dios.
Dos miembros del equipo de apoyo manifestaron; “Presenciar a los presos con entusiasmo participar en el culto es extraordinario. Nos dimos cuenta que estos prisioneros aman a Jesús”, dijo Gatere. “Fui testigo de sus quebrantamientos delante del Señor, muchos de ellos de rodillas en oración en el suelo duro,” dijo Kimuyu. “Fue en ese momento que me di cuenta que son igual que yo. Si Dios los ha aceptado a pesar de los crímenes que cometieron, ¿quién era yo para juzgarlos? ¡Estos son mis hermanos!”, pensé.
La labor creció y hoy alaban a Dios con toda libertad. Se han vuelto músicos y están a punto de grabar un disco con todas sus canciones que ellos mismos compusieron al Señor. En la prisión de Mayani, una instalación de máxima seguridad, están más que agradecidos a Dios y tienen la esperanza que su música llegará a todo lugar, llevando bendición y alegría.

sábado, 19 de diciembre de 2015

VOLVAMOS A LA SENCILLEZ

Ignoro en que lugar del trayecto la comunión de los discípulos se transformó en un espectáculo que dio lugar a la aparición de grupos, de cantantes, y a una congregación abarrotada de una producción de entes raros, exóticos,  y una competencia artística y ministerial llena de glamour y éxito.
Yo estoy cansado de eso, y estaría feliz de volver a la sencillez que presiento en mi espíritu era en el principio de la iglesia, una reunión familiar, de amigos, bulliciosa, con músicos improvisados, donde cada uno tiene un lugarcito para decir: esto ha hecho el Señor conmigo en esta semana y se los quiero compartir.

sábado, 10 de octubre de 2015

Los profetas urbanos...

No están en nuestras congregaciones, no cumplen el formato de nuestras exigencias, pero andan por el mundo sembrando mañanas y construyendo un mundo mejor con sus palabras..

jueves, 16 de julio de 2015

ALABANZA DE FUEGO

 De verdad que en la iglesia actual se necesita profundizar la enseñanza acerca de lo que significa alabar con entendimiento, porque uno ve las congregaciones tan leudadas por todos estos ministerios que aparecen, donde cualquier hermanito que sepa tocar un instrumento y tenga una voz aceptable compone cualquier cosa, aunque ande más perdido que Goliath en el cumpleaños de Pulgarcito.  Y todo eso va creando una mentalidad sin instrucción donde "alabar" es cantar, y "adorar" es cantar romántico.  Entonces, los hermanos que ayudan en la alabanza de las congregaciones, como tampoco tienen claridad en el tema, se dejan llevar por estas canciones bonitas que se escuchan en la radio, en los conciertos o donde sea, y las enseñan a los cristianos de esas mismas congregaciones, quienes tampoco están enseñados en el tema y se crea un caldo de cultivo, muy similar a un círculo vicioso, porque estas mismas ovejitas piden sus temas favoritos.  Y la verdad es que sale lindo, "re lindo", como diría un argentino, pero la iglesia no avanza, seguimos atrofiados en las verdades escriturales y, lo que es peor, vamos adoleciendo del verdadero carácter del discípulo que vive la verdad.  Usted dirá que estoy exagerando, pero déjeme recordarle que la alabanza surge como una forma de aprender la historia del pueblo de Dios y como una manera de grabar los hechos trascendentales de la verdad divina al cantarlos.  Por esta misma razón Martín Lutero decía que "el que alaba ora dos veces", porque se debe cantar lo que es una verdad en el corazón.  Hoy estamos muy lejos de decir la verdad con nuestros cánticos, más bien es al revés, negamos muchas verdades con nuestras canciones.  Por ejemplo, la verdad de Cristo es que somos su templo, estamos llenos de él, el Espíritu santo vive dentro de nosotros; sin embargo, más del 90 % de las canciones congregacionales (o sea para gente convertida) hacen énfasis en pedir y pedir el Espíritu Santo.  Títulos como "Pon aceite en mi vida", "Señor, llena mi vaso", "Como el ciervo busca por las aguas", "Enciende el fuego", "Desciende aquí", "Renuévame", etc., etc., etc. hablan de una mala enseñanza y, por ende, una mala aplicación de la verdad a la vida.  ¿Cuál es el resultado?  Discapacitados espirituales, verdaderos inválidos, quienes llenan las congregaciones clamando por lo que nunca llega; todo eso con el consabido éxito del lidercito que se lucra con esa necesidad, prometiendo en cada servicio un toquecito, un milagrito o un consuelo celestial.  Y vemos magnos eventos con el invitado de turno (un aprovechador que descubrió la fórmula del éxito y por lo mismo tiene su minuto de gloria), con títulos tales como "Unción total", "Toque al máximo" y otras yerbas como ésas.  Y para sumarme a toda esta farándula, porque se me está haciendo muy difícil seguir anunciando una verdad cada vez menos popular, se me ocurre hacer un congreso de "Los siete secretos para pedir y no recibir en tres tiempos", invitando a un arcángel (porque apóstoles y profetas ya están chacreados)., con una buena canción que diga "Dios, haz tú lo que me mandaste hacer a mí".  Seguro que triunfaría.  Un abrazo en Cristo de su pastor Ruben Rodríguez